Tanto la legislación educativa como las recomendaciones pedagógicas y didácticas dicen claramente que se debe partir del estudio y del conocimiento de lo cercano, del entorno, para ir ampliando círculos, por decirlo de alguna manera. Sin embargo, basta una mirada a los programas educativos , a los libros de texto, a los recuerdos personales, a las opiniones de terceras personas o a los medios de comunicación para comprobar que la realidad desmiente pavorosamente estas premisas. En realidad, el entorno es el gran desconocido de la inmensa mayoría de escolares, de buena parte del profesorado y de las familias, desconocimiento que llega a los gobernantes, políticos e incluso técnicos.
Llama la atención el vacío existente en temas relacionados con nuestra cultura y nuestro patrimonio, material e inmaterial en general y, en particular con la Tauromaquia. Quizás hasta ahora eran temas que se daban por sabidos y sin trascendencia y esa forma de considerarlos los ha situado al borde de la nada.
De las muchas posibilidades y potencialidades que presenta el mundo hispano de los toros sorprende que no haya ninguna que suela tener tratamiento educativo. Así, cuestiones de Historia, de Prehistoria, de Arte, de Tradiciones, de Biología, por citar algunos ejemplos, pasan completamente desapercibidos. No estamos hablando de "enseñar" quién es el torero más famoso...ni cómo se llamaba el toro que mató a nosequién...sino de saber algo de ese mundo, que puede incluir unos datos sobre los orígenes animales del actual toro y su evolución, extinción y posteriores intentos de recuperación. No estaría de más conocer, llegado el momento, el mito de Zeus y Europa y cómo se convirtió en uno de los símbolos de la actual organización política que llamamos Europa. Si no se ve conveniente, se podría obviar que el ser humano en general y los europeos y euroasiáticos en particular, siempre tuvieron una relación estrecha con lo que hoy llamaos toros, hecho que aparece en el mundo del arte abundantemente. La Historia reciente, podríamos decir que medieval y Moderna, a su vez, podría ser interesante y motivadora tanto como fin como herramienta.
Y ya en la actualidad, el mero hecho de poder opinar con cierto conocimiento de causa en los actuales debates a favor o en contra supondría que la gente tuviera un juicio crítico más fundamentado, más basado en datos que en tópicos, frasecitas y clichés que, a su vez, suelen basarse en imágenes de dudosa valía. Por ejemplo, saber los beneficios ambientales tan impresionantes que tiene la ganadería de toros de lidia, su impacto paisajístico, ya de por sí es un argumento muy sólido frente al negacionismo taurino imperante.
¿Y el Patrimonio Material e Inmaterial? Lo obviamos como hasta ahora y no pasa nada. Podemos seguir ignorando lo que escribieron algunos de nuestros mejores poetas y escritores, podemos ignorar a nuestros genios de la pintura o despreciar el gran legado musical, arquitectónico y escultórico, como hasta ahora.
Hay un Patrimonio Inmaterial que también podría verse en peligro, de mantenerse las tendencias actuales de prohibir, arrinconar, estigmatizar...todo lo taurino.
Curiosamente, se trata de un tema que roza el tabú y que tiene enfrente a amplios colectivos, con excepciones, por cierto. El ecologismo y ahora los nuevos partidos que se definen como verdes parece que no han calibrado bien sus propuestas y, en el mejor de los casos, hablan de abrir un debate o procesos de consulta popular. Curiosa forma de mostrar su deseo de no perder ni un voto pero que no oculta las verdaderas intenciones. Sería curioso si se produjeran propuestas de debate sobre actividades cotidianas que tienen impactos ambientales mayores que la Tauromaquia. Llegaríamos muy pronto a un callejón sin salida que demostraría la inviabilidad de esa forma de proceder.
Así, parece necesario iniciar un proceso de divulgación, de investigación, de Educación sobre los muchos valores de la Tauromaquia que puedan suponer que nuestra sociedad tenga una visión lo suficientemente formada y compleja de una realidad, evidentemente, compleja.
El mundo del toro es mucho más que la imagen del toro sangrando por la boca en el momento de morir y educativamente, hay todo un cuerpo de conocimientos que merecen la pena ser trabajados también en el sistema educativo español.