Recientemente se indultó un novillo en la plaza de toros de Ciudad Real. Parece ser que esa posibilidad no se encuentra contemplada en el reglamento o legislación correspondiente. Después de la corrida el animal tuvo que ser sacrificado por la Policía Nacional con un tiro de arma de fuego larga. Al día siguiente, en Yuncler, Toledo, el público, junto con alguna persona del callejón, volvía a pedir el indulto pero en esta ocasión, el presidente y alcalde del municipio se mantuvo firme.
Desde luego, como se suele decir, "si no se puede, no se puede". No tiene ningún sentido esa forma de proceder de la presidencia por muy fuerte que sea la petición del público, o, de una parte del mismo. Demuestra ese proceder ilegal la escasa formación taurina del "respetable" pero también la endeble visión de la autoridad. Entre otras consideraciones se produce un trato desigual frente al resto de toreros o novilleros. Por ejemplo, se puede dar el caso de una faena extraordinaria que termina con serias dificultades para matar, lo que debería excluir el trofeo del rabo...lo que no ocurre en caso de no matar al novillo en la plaza. Y en los casos de toros es diferente y, hasta dónde sabemos, esos animales se emplean como sementales, tras ser curados.
Algo parecido se podría decir de las corridas sin muerte de Portugal. Evitar el lance de la muerte del toro para que después se haga en un corral no creo que compense ni que se deba esgrimir como argumento de mayor o menor "humanidad" o respeto a la vida de un animal.
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