domingo, 13 de septiembre de 2015

Sobre la manifestación en defensa de la Tauromaquia de Valladolid de septiembre de 2015.

El pasado sábado, 12 de septiembre de 2015, tuvo lugar una manifestación en Valladolid en defensa de la Tauromaquia. Parece ser que asistieron nueve mil personas, según la noticia aparecida en la página de la revista Aplausos.es. El lema de la pancarta que encabezaba el acto reivindicativo era "En defensa de la Tauromaquia. Prohibido prohibir".
Evidentemente todo el mundo es libre de manifestarse a favor o en contra de lo que quiera. Sin embargo, desde mi punto de vista, las manifestaciones a veces no surten los efectos deseados e incluso, en ocasiones, suponen un deterioro de la imagen propia o de la causa que se defiende.
En el caso de Valladolid no puedo hablar y puede que allí la situación concreta haya llevado a tomar esta medida pero desde otras provincias como Ciudad Real parece sencillamente que no es la mejor opción. No creo que se consiga ningún objetivo y sí se produce un efecto de "entrar al trapo" sin tener ninguna necesidad. Se dice que el mayor desprecio es no hacer aprecio y esa creo que debe ser la actitud de los aficionados y profesionales del toro y del toreo. Si llega el caso, habrá que denunciar ante las autoridades los hechos que pudieran ser constitutivos de delito pero lo que nunca debemos hacer es caer ante la provocación de una minoría, que es lo que más desean los antitaurinos. Y precisamente porque se trata de una minoría no merece la pena buscar la confrontación ni llevar a cabo medidas contra ellos, aunque sean puramente simbólicas. Lo que si habrá que hacer es conseguir mejorar la situación -en muchos casos y aspectos, lamentable o, como mínimo, muy mejorable-para que miles y miles de personas vuelvan a los toros. Habrá que plantearse que se ha estado haciendo mal para que tantas y tantas plazas estén sencillamente, medio llenas o, a veces, casi vacías. Interesaría especialmente generar el interés por esta actividad cargada de valores culturales, históricos, estéticos, patrimoniales, artísticos, económicos y ambientales. Es mucho más importante no seguir perdiendo aficionados que dar la réplica con las mismas estrategias que las de quiénes quieren acabar con la Tauromaquia. En realidad es de vital importancia organizar actos de tipo divulgativo, cultural, artístico, patrimonial...que puedan motivar y atraer a las generaciones de jóvenes que no están tanto en contra como que desconocen por completo este mundo.
Dicho esto y llegado el momento, quizás sea necesario manifestarse pero cuando se hayan dado esos pasos de los que hablo. Quizás, en el caso vallisoletano ya se hayan dado y en mi caso sea un atrevimiento hablar pero lo expuesto podría servir para otros lugares de España.


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