¡Vaya veranito de noticias sensacionalistas antitaurinas! Ha resultado curioso que la inmensa mayoría de noticias de la televisión de los últimos meses haya tenido que ver con las cogidas de corredores de encierros o de toreros. Se ha producido un seguimiento exhaustivo, como no se conocía, de las víctimas mortales de los festejos populares taurinos. Evidentemente se trata de sucesos muy graves y que se debe hacer todo lo posible para erradicarlos por completo pero mayor gravedad y mayor incidencia desde todos los puntos de vista tienen las muertes por accidentes laborales que, salvo una temporada en la que hubo un verdadero seguimiento mediático, volvieron al olvido. ¿Y qué decir de causas de muerte como los suicidios, el consumo de drogas, la violencia de todo tipo o las de los inmigrantes en sus viajes a nuestra tierra de promisión? Se nos podría informar del dolor humano en cualquiera de sus facetas...del arrinconamiento de nuestros mayores, enfermos o discapacitados, por citar algunos ejemplos. Se podría hablar de los accidentes mortales o con secuelas incurables de los llamados deportes de riesgo...y llevar la cuenta anual, como se hace con los corneados o golpeados por los toros. En fin, son solo unos ejemplos.
Se podría haber pensado en dar alguna noticia positiva como algunas faenas que pasarán sin duda a la historia del toreo. Se podría entrevistar a los miles y miles de personas que se sienten felices de ir a los toros, que esperan con gran interés que llegue el día deseado de la corrida de su pueblo o ciudad o la de su ganadería preferida o elegida...Se podrían captar esas curiosas imágenes de grupos de gente viendo los toros en la tele de determinados bares o a los típicos aficionados leyendo las crónicas taurinas en los bares de costumbre. Y ¡porqué no grabar y proyectar esas curiosas escenas de chicos y chicas jóvenes yendo a los toros con gran emoción y con ganas de aprender! O la de esas madres que llevan a sus hijos a los toros y cuando acaba la faena los sacan a los ruedos con un capote o una montera y les hacen unas fotos. En fin, en los toros y en los espectáculos taurinos hay, efectivamente, peligro de muerte. Pero hay muchas más cosas que se olvidan a diario. En los toros hay incluso ternura, que nunca se ve reflejada en la televisión. Habrá que decírselo a quiénes corresponda. Una cosa es que nos callemos y otra muy distinta que no nos enteremos.
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