lunes, 10 de septiembre de 2018
El Roto y sus viñetas antitaurinas, embadurnándolo todo con su salsa de tomate...
El Roto (Andrés Rábago García, Madrid, 1947) es un dibujante y humorista gráfico de reconocido prestigio. Su prestigio es tan reconocido como exageradas y fuera de lugar son sus ataques a la Tauromaquia. Tan fuera de lugar como que no se corresponden lo más mínimo con la realidad. Nos recuerda mucho a la tomatina de aquellas películas de tiros y hoy, sinceramente, a las de sangre como elemento principal. Sangre, mucha sangre...porque no parece haber muchos más argumentos. Y tanta sangre, sinceramente, no hay en las corridas de toros. Una plaza de toros de las Ventas, en Madrid, de la que sale un río de sangre por la puerta grande es mucha sangre.
No sé como sería su visión de un matadero de una ciudad como Madrid o Barcelona o Londres...Imaginemos lo que puede desparramar el Roto si se centra en una hamburguesería, en una carnicería de barrio o una fábrica de albóndigas.
Los toros es lo que tiene, que gráficamente son muy jugosos...con esa salsa cargada de pimentón.
Nos preguntamos si este sabio del rotulador despuntado, agudo cirujano del día a día, será vegetariano. Si no lo es se podría hablar largo y tendido sobre tantos animales que comemos a diario. Y si lo es, también podemos hablar mucho, comparando con esa actividad tan denostada de la Tauromaquia. En sus viñetas aparece a veces el maltrato animal y esa sensibilidad le honra, sinceramente. En otras ocasiones los animales aparecen cargados de significados culturales, más como símiles de la sociedad que como integrantes de la fauna salvaje.
El Roto publicó un libro con Manuel Vicent en 2017 titulado "Antitauromaquia", más que hacer una crítica sobre el trabajo diré que es tirar el dinero y perder el tiempo, pero, por si acaso, lo compré y lo leí. Lo dicho, penoso, caro y con ese tufillo indisimulado de lo que se hace aprovechando los vientos que soplan más fuerte para hacer caja rápida.
lunes, 3 de septiembre de 2018
Sobre la corrida de Daimiel del 2 de septiembre de 2018.
Ayer, 2 de septiembre de 2018, domingo, tuvo lugar una interesante corrida mixta en Daimiel, Ciudad Real. La primera sorpresa la dieron los animalistas y antitaurinos que se manifestaron delante de la plaza, antes de que empezara la corrida. Evidentemente, la Subdelegación del Gobierno había autorizado dicho acto de protesta en ese lugar y en esa hora porque no hay otras opciones. No hay otros lugares disponibles ni otros momentos. Habrá que tenerlo en cuenta en caso de que algún día se organice algo en contra de estos singulares de los "toros vivos", verdadera contradicción que demuestra hasta dónde puede llegar su falta de fundamento.
La segunda sorpresa fue comprobar el civismo, el respeto y la naturalidad con la que los aficionados y aficionadas sobrellevaron los insultos de los manifestantes.
La tercera fue la baja de Sebastián Castella y su sustición por Emilio de Justo, torero revelación de 2018, según rezaba el cartel.
Los toros, de Guadalmena, en general, eran interesantes aunque todos parecían tener las fuerzas justas. De hechuras, bien, algunos más brochos de lo aconsejable, especialmente los novillos para Carlos Aranda.
La faena de Padilla tenía de particular su despedida. Como suele ser habitual en él, se ganó al público con sus formas de hacer y sus arriesgados pases.
Emilio de Justo demostró su buen hacer, su estilo y dominio. Carlos Aranda se esforzó acertadamente en su pueblo, dejando muy buen sabor de boca, con algún susto.
Salieron a hombros los tres diestros y el responsable de la ganadería. La corrida fue televisada por Castilla-La Mancha Media -CMM- y la plaza presentaba una media entrada. Entre el público pudimos ver al torero manchego Luis Miguel y Aníbal Ruíz, en el callejón.
Dos años después, vuelve a estar activo este espacio de reflexión sobre la Tauromaquia.
Han pasado dos años desde que escribí la última entrada en este blog. Más me ha faltado el tiempo que las ganas y esta especie de necesidad de expresarme por escrito y fotográficamente. Han sido dos años de muy pocos toros para mí y de algunas lecturas muy interesantes, casi siempre de antitaurinismo.
Lo cierto es que en este tiempo muchas cosas han pasado. Parece que los vientos que siempre han soplado en contra de la Tauromaquia ahora se hacen más fuertes y visibles. Los animalistas por un lado están siendo utilizados, a mi juicio, por otros grupos, para conseguir sus fines que, por cierto, nada tienen que ver con verdaderos sentimientos de respeto hacia los toros. Algunos políticos, cada vez más, se apuntan a esta corriente, por si les diera algún rédito que no consiguen de otra manera. Hay quienes buscan y han buscado conseguir la independencia, por un lado, y por otro, la república, sin que haga falta decir más. Y mientras tanto se han querido ver algunos tibios intentos de defensa que no parecen haber tenido la repercusión deseada.
Pero sigue habiendo toros en España y eso es lo importante.
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