Ayer, 2 de septiembre de 2018, domingo, tuvo lugar una interesante corrida mixta en Daimiel, Ciudad Real. La primera sorpresa la dieron los animalistas y antitaurinos que se manifestaron delante de la plaza, antes de que empezara la corrida. Evidentemente, la Subdelegación del Gobierno había autorizado dicho acto de protesta en ese lugar y en esa hora porque no hay otras opciones. No hay otros lugares disponibles ni otros momentos. Habrá que tenerlo en cuenta en caso de que algún día se organice algo en contra de estos singulares de los "toros vivos", verdadera contradicción que demuestra hasta dónde puede llegar su falta de fundamento.
La segunda sorpresa fue comprobar el civismo, el respeto y la naturalidad con la que los aficionados y aficionadas sobrellevaron los insultos de los manifestantes.
La tercera fue la baja de Sebastián Castella y su sustición por Emilio de Justo, torero revelación de 2018, según rezaba el cartel.
Los toros, de Guadalmena, en general, eran interesantes aunque todos parecían tener las fuerzas justas. De hechuras, bien, algunos más brochos de lo aconsejable, especialmente los novillos para Carlos Aranda.
La faena de Padilla tenía de particular su despedida. Como suele ser habitual en él, se ganó al público con sus formas de hacer y sus arriesgados pases.
Emilio de Justo demostró su buen hacer, su estilo y dominio. Carlos Aranda se esforzó acertadamente en su pueblo, dejando muy buen sabor de boca, con algún susto.
Salieron a hombros los tres diestros y el responsable de la ganadería. La corrida fue televisada por Castilla-La Mancha Media -CMM- y la plaza presentaba una media entrada. Entre el público pudimos ver al torero manchego Luis Miguel y Aníbal Ruíz, en el callejón.
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