El Roto (Andrés Rábago García, Madrid, 1947) es un dibujante y humorista gráfico de reconocido prestigio. Su prestigio es tan reconocido como exageradas y fuera de lugar son sus ataques a la Tauromaquia. Tan fuera de lugar como que no se corresponden lo más mínimo con la realidad. Nos recuerda mucho a la tomatina de aquellas películas de tiros y hoy, sinceramente, a las de sangre como elemento principal. Sangre, mucha sangre...porque no parece haber muchos más argumentos. Y tanta sangre, sinceramente, no hay en las corridas de toros. Una plaza de toros de las Ventas, en Madrid, de la que sale un río de sangre por la puerta grande es mucha sangre.
No sé como sería su visión de un matadero de una ciudad como Madrid o Barcelona o Londres...Imaginemos lo que puede desparramar el Roto si se centra en una hamburguesería, en una carnicería de barrio o una fábrica de albóndigas.
Los toros es lo que tiene, que gráficamente son muy jugosos...con esa salsa cargada de pimentón.
Nos preguntamos si este sabio del rotulador despuntado, agudo cirujano del día a día, será vegetariano. Si no lo es se podría hablar largo y tendido sobre tantos animales que comemos a diario. Y si lo es, también podemos hablar mucho, comparando con esa actividad tan denostada de la Tauromaquia. En sus viñetas aparece a veces el maltrato animal y esa sensibilidad le honra, sinceramente. En otras ocasiones los animales aparecen cargados de significados culturales, más como símiles de la sociedad que como integrantes de la fauna salvaje.
El Roto publicó un libro con Manuel Vicent en 2017 titulado "Antitauromaquia", más que hacer una crítica sobre el trabajo diré que es tirar el dinero y perder el tiempo, pero, por si acaso, lo compré y lo leí. Lo dicho, penoso, caro y con ese tufillo indisimulado de lo que se hace aprovechando los vientos que soplan más fuerte para hacer caja rápida.
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