El pasado miércoles, 9 de diciembre de 2015, el ayuntamiento de Ciudad Real, retiró parcialmente la subvención de treinta y dos mil euros al empresario taurino Maximino Pérez. El equipo de gobierno, en manos del PSOE y Ganemos (IU) decidió mantener una partida presupuestaria de veintiocho mil euros en concepto de mantenimiento de la plaza de toros. También se ha hecho público el dato de que el empresario no paga nada por la utilización de las instalaciones taurinas durante los días de los festejos. Habría que recordar que este verano el consistorio no renovó la compra de entradas para los miembros de la corporación municipal por un importe de tres mil euros. Desconocemos si hay más aportaciones económicas o de otro tipo para la organización de estos eventos, como por ejemplo, los gastos de la instalación de la caseta de venta de entradas o similares.
Por un lado es de agradecer que se aporte una información tan importante para que podamos valorar, tanto los aficionados como los no aficionados, el coste económico de dichas actividades. Sería de desear que la misma transparencia se ofreciera para el resto de actividades. Independientemente de que se trate de una actividad que cuenta con la oposición de un sector de la población que parece creciente lo lógico y lo justo sería no impedir su práctica en tanto no hubiera una legislación que obligara su prohibición.
Es cierto que los toros son uno de los grandes festejos de las ferias de la capital de Ciudad Real y que por lo tanto trascienden el ámbito municipal para convertirse en un espectáculo provincial y regional. En la misma medida que se trata de una actividad económica, patrimonial, cultural y de ocio de primer orden por lo que su valoración en términos económicos no es fácil, si se desea hacerlo medianamente bien.
Si fueran ciertos los datos manejados estos días por algunos defensores de la subvención al empresario taurino, habría unas veinte mil personas que acudirían a dichos espectáculos. Teniendo en cuenta esa cifra la repercusión económica no parece muy relevante. La media de esa disminución de ingresos sería equivalente a una carga adicional de un euro y medio por persona y día. Y si se tiene en cuenta que hay entradas de cien euros y más y otras que no llegan a los veinte, no debe ser complicado para el empresario ni oneroso para el público repercutir proporcionalmente y sufragar ese sobrecoste, si es que verdaderamente fuera necesario.
Tampoco sabemos en qué situación de ganancias o beneficios se encuentra el empresario y puede que nunca lo sepamos. Desde luego cuesta trabajo creer que por dicha retirada de apoyo económico parcial pudiera comprometerse su actividad tanto como para impedirla.
No nos gustaría descubrir dentro de poco que esos fondos públicos "ahorrados" se emplean en actividades que no merezcan la pena o que se despilfarren, directamente.
Es importante recordar que la retirada de la subvención es parcial y que no sabemos con exactitud a cuánto asciende el total. Tampoco sabemos si el empresario de Maxitoro, Maximino Pérez, ha ganado o perdido dinero en estos años, aunque a veces ha manifestado que había hecho un gran esfuerzo económico.
Desde luego contrastan estos datos con la afirmación hecha hace un par de años en las tertulias del Liceo Taurino por Maximino Pérez de que si se quería participar en la organización por parte de los aficionados -en forma de una comisión en colaboración con el ayuntamiento- de las corridas se debería poner el dinero encima de la mesa y correr riesgos económicos. Todo parece indicar que una parte nada desdeñable de dinero ya se ponía por parte del ayuntamiento, sin que se reconociera así.
El empresario habló en alguna ocasión de pérdidas y de la necesidad de hacer cuentas para decidir si seguiría con esta plaza.
De cualquier manera, es de destacar la gran valía de la transparencia del ayuntamiento, especialmente de Ganemos, y de la necesidad de redundar en esa línea de trabajo.
Desde luego una feria taurina tan importante como la de Ciudad Real no debería malograrse y somos los aficionados los que debemos mantenerla. Aunque pueda haber razones de fondo de antitauromaquia por parte de Ganemos, lo cierto es que están haciendo un favor a la fiesta y a los verdaderos aficionados. Parece ser que habrá reacciones y esperamos, igualmente, que aporten algo positivo.